viernes, 2 de mayo de 2008

El dos de mayo burgalés: 18 de abril 1808

Ante el próximo bicentenario de la guerra de la Independencia, dos hitos marcan el dramático prólogo de la misma en Burgos: el primero, el 18 de Abril de 1808, más conocido como “el dos de mayo burgales”, y el segundo, el 10 de Noviembre de 1808, fecha de la encarnizada batalla de Gamonal, también conocida como batalla de Burgos, donde el potente ejercito napoleónico (“La Grande Armée”) mandado por el mariscal Soult acaba con la vida de 2.500 soldados españoles y el posterior saqueo de nuestra ciudad durante dos días.

Antecedentes: 1807

La guerra de la Independencia (1808-1814) fue de una crueldad extrema, donde la barbarie y la aniquilación, captadas magistralmente por Goya, confirmaron que tal sinrazón produce monstruos. Ante todo, fue un levantamiento popular contra el invasor francés, donde el patriotismo local avivado por las élites nobiliarias condujo a una larvada guerra civil contra la camarilla de afrancesados de la corte de José I Bonaparte, sin olvidar el ámbito internacional contra el intento napoleónico de convertir Europa en un satélite político de París.El 27 de Octubre de 1807 se firma el tratado de Fontainebleau entre Francia y España para la invasión de Portugal, mero pretexto para que importantes fuerzas armadas francesas se estacionaran en suelo español. Burgos era un importante nudo estratégico para el dominio por parte de las tropas francesas de la capital española y del oeste peninsular. El Ayuntamiento burgalés comunica al pueblo que treinta mil infantes y cuatro mil de caballería franceses atraviesan la frontera por Irún y se dirigen a la capital. En el invierno de 1807 ocupan la ciudad 3.000 soldados de infantería y 1.000 caballería provocando graves problemas de alojamiento y suministros. Anselmo Salvá Pérez, autor de “Burgos en la guerra de la Independencia”(1913), afirma que el reparto de raciones para cada combatiente galo consistía en 28 onzas de pan, 8 de carne, media pinta de vino, 2 onzas de legumbre o arroz y la sal correspondiente, los generales reciben ocho raciones. Sin embargo, estos soldados rechazaban la carne que tuviera huesos o fuera acompañada de menudos y a pesar de que la carne era de buena calidad, los tablajeros sufrían constantes humillaciones. El 13 de Noviembre se promueven grandes tumultos en la ciudad ante la carestía de alimentos de primera necesidad y la afrancesada se muestra exigente y altanera en un país que parece mas ocupado que amigo y aliado. En enero de 1808 se desata una peste equina y se quema el cuartel de caballería, provocando un sinfín de problemas al Ayuntamiento para solventar el ya difícil alojamiento y abastecimiento de las tropas.

El motín

La ciudad fue transito de importantes autoridades tanto francesas como españolas. Tras el motín de Aranjuez en marzo de 1808, el rey Carlos IV abdica en su hijo Fernando y ambos son atraídos por Napoleón a Bayona. El día 12 de abril, el nuevo rey Fernando VII pernocta en Burgos en casa del notable Antonio Valdés y Bazán - hoy palacio de Castislfalé- al igual que lo hiciera su hermano Carlos María Isidro. A pesar de las numerosas advertencias al rey de que no prosiguiera su viaje a Bayona , se encamina hacia Vitoria, donde la detención de un correo español por las tropas francesas fue el detonante, que encendió la chispa del motín y solivianta a la población burgalesa. El 18 de abril un inmenso gentío armado de pistolas viejas y palos se adueña de la Plaza del Mercado al grito: ¡Muera, que no hay justicia en Burgos! Las gentes protestan ante el intendente Marqués de la Granja, quien “no les hizo caso” y huye al Palacio Arzobispal que estaba protegido por una guardia francesa para velar la visita del emperador Napoleón. Las masas airadas recorren la Plaza Mayor, la calle Gallinería y en Huerto del Rey se produce un enfrentamiento que acaba con la vida de tres artesanos burgaleses: Manuel de la Torre, Nicolás Gutiérrez y Tomás Gredilla, tres días después lo hará uno de los heridos en la refriega, José Apestegui. Claro precedente del Dos de Mayo madrileño, inicio del estallido oficial de la guerra de la Independencia.El Ayuntamiento burgalés, el 18 de abril de 1937, en plena contienda civil, inaugura una lápida conmemorativa a estos hechos, ubicada en la fachada posterior del Arco de Santa María, obra del escultor Valeriano Martínez. El cronista Eloy García de Quevedo, autor de un opúsculo titulado “Las víctimas de la Guerra de la Independencia en Burgos “, redacta el texto con los nombres de los damnificados de 1808 y de 1812.El hallazgo de los nombres de las víctimas de 1808 se hallaron en un documento de la época por Juan Albarellos, citados en su libro “Efemérides burgalesas”.

A la primera descarga tres hombres quedaron muertos en el suelo,de este modo se retiró la gente”(Testimonio de Marcos Palomar, testigo de los hechos)

Extraído de Ayto. Burgos

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