martes, 14 de abril de 2009

PP y PSOE llevan a la ciudad a la quiebra

Ciento veinte millones de euros. Veinte mil millones de pesetas. Ése fue el último regalo que Valentín Niño dio a la ciudad. Ése es el dinero que, a mayores, debe pagar el Ayuntamiento de Burgos para la financiación del desvío ferroviario. Además de haber pagado el 25% de la obra presupuestada, tanto como la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento debe hacerse cargo del sobrecoste de las obras. Es decir, 120.000.000 euros. Para hacernos una idea, cada burgalés deberá poner de su bolsillo casi 700 euros más para pagarlo. Una familia de cuatro miembros debería poner 2800 euros.

Estas cifras son consecuencia de lo firmado en el año 98 por el entonces alcalde Valentín Niño (PP), la Junta de Castilla y León (PP) y el entonces Ministro de Fomento Álvarez Cascos (PP). Esta es su herencia. Desde el mismo día de la firma de dicho convenio se denunció que el acuerdo era tremendamente negativo para la ciudad pero los vasallos populares son incapaces de levantar la voz contra sus amos.

Se ha intentado en varias ocasiones re-negociar este convenio. En los últimos años no era extraño escuchar a Víctor Morlán (Secretario de Estado de Infraestructuras) y a sus correligionarios socialistas en Burgos afirmar que esa re-negociación se haría en cuanto el Ayuntamiento declarase lesivo el convenio. Algo que el Ayuntamiento de Aparicio nunca hizo. Pasaban los meses y ni sociatas ni peperos cambiaban de postura.

Hasta que llegó la crisis. Se acabó el dinero obscuro de la construcción y el Estado se aprieta el cinturón. ¿Consecuencia?. De buenas a primeras la señora Tricio se atreve a afirmar que no se revisará el convenio del desvío. Y claro, los populares de Burgos se echan las manos a la cabeza.

Al final se acaba notando quién paga. Ni el PP ni el PSOE sino los burgaleses. Cada burgalés deberá pagar casi una mensualidad de salario para hacer frente a nuestros incapaces políticos

2 comentarios:

Aaron dijo...

Y luego sale hoy una foto en el Diario de Apa con Malvido abrazándose con una copa, que han tenido que ir a Praga a recogerla (por cierto quien paga esos viajes chorras). Vomitivo.

D.F. dijo...

Con polvora ajena se pueden pegar muchos tiros.